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Enseñar Lengua y Literatura hoy:

Desafíos y oportunidades del Instituto 39 como formador de docentes

 

Tras superar la pandemia de COVID-19, en el año 2022, la presencialidad plena regresó. Durante este lapso, se reanudaron las prácticas docentes situadas en todas las modalidades. En nuestro caso, en Lengua y Literatura, vivimos diversas experiencias que nos llevaron a reflexionar sobre cambios en la enseñanza de este campo específico. Ante mudanzas tan repentinas y procesos de reformulación tan acelerados, las inquietudes sobre el sentido de las transformaciones didácticas se convirtieron en tema de conversación cotidiana en las aulas, los pasillos y los cursos del Profesorado. En busca de una reflexión más detenida sobre lo ensayado desde la pandemia, decidimos realizar una entrevista con la profesora Liliana Cerutti, docente a cargo de la materia Campo de la Práctica de tercer y cuarto año. En dicha conversación, abordamos los desafíos del Instituto 39 en la formación académica de los docentes de Lengua y Literatura en el contexto actual.


Comenzamos con una pregunta que permitiera explorar diversos aspectos: ¿Qué desafíos enfrentan las escuelas, las aulas y la formación docente en la actualidad? La profesora Liliana señaló: “Durante la pandemia, se rompieron algunos de los paradigmas que sustentaban la educación, lo que nos llevó a repensar las prácticas, la escuela, las instituciones, los procesos de aprendizaje y los métodos de enseñanza. La tecnología, sin duda, ha transformado la forma de concebir una clase en la actualidad. No podemos imaginar una clase que no esté atravesada por la tecnología. Esta no solo debe pensarse para la enseñanza híbrida, sino también para el acceso al conocimiento. Por ejemplo, la bibliografía en formato PDF para reducir el consumo de papel, considerando que estamos en una etapa donde la preocupación por el cambio climático está en la agenda central del mundo y el daño que se produce al ecosistema la impresión en papel. La tecnología ha permitido el acceso a la educación y la inclusión. Ahora es posible leer y escuchar en diversos formatos, lo que beneficia a personas con capacidades diferentes. Esto posibilita una inclusión real y tangible, no solo un deseo. Cuando planifico la lectura en mi clase, incluyo lecturas en varios soportes, desde braille hasta audiolibros. Esto, en lugar de excluir, promueve la inclusión”. 

 

Las prácticas sociales del lenguaje


Esta reflexión de la profesora nos dio lugar para hablar sobre las modificaciones en el enfoque de la enseñanza de la lengua y la literatura. Cerutti recordó que: “Bautier y Bucheton (1997) definen las prácticas del lenguaje como prácticas de uso social cuyo objeto de enseñanza es precisamente ese uso social. Hoy en día, el uso social del lenguaje no se limita a la escritura en papel. No podemos ignorar los demás usos del lenguaje, que incluyen la tecnología. Esto tiene un impacto directo en la enseñanza. No puedo planificar solo escritura en papel o lectura tradicional, ya que el lenguaje se utiliza en una variedad de medios, como los dispositivos móviles. Esto no puede ser ajeno a las prácticas del lenguaje. Los textos no circulan solo en libros de papel impreso o en PDF, aunque los tenga digitalizados. Esto también (muestra el celular) es un uso social del lenguaje entonces todas estas formas de comunicación no pueden estar ajenas de las prácticas del lenguaje”
 

En este momento le preguntamos, en relación a nuestro profesorado, sobre cuáles consideraba que debían ser los desafíos del Instituto 39 como formador de docentes en este contexto. La profesora Cerutti respondió: “Desde la perspectiva del instituto, creo que el desafío es que la tecnología se convierta en un elemento transversal en la formación. No se trata solo de agregar la tecnología de manera obligatoria, sino de integrar de manera específica en cada asignatura. Cada materia debe considerar el uso de la tecnología como parte de su unidad de enseñanza. Además, debemos tener en cuenta la disponibilidad de recursos tanto para docentes como para estudiantes. No podemos exigir el uso de la tecnología si no se dispone de recursos. En el instituto, ya contamos con un campus virtual que ha funcionado durante mucho tiempo, lo que permitió una rápida adaptación durante la pandemia y garantizar una continuidad pedagógica. Esto debe seguir progresando. Del mismo modo en que vemos progresión en el aprendizaje de la lengua y la literatura, también deberíamos ver progresión en el uso de la tecnología como parte integral de la educación. Si nosotros pudimos sostener dos años la virtualidad, ese no puede ser nuestro techo, ese tiene que ser el piso. Lo que era nuestro techo, en ese momento, porque fue salir a producir clases, a digitalizar bibliografía, a buscar y grabar clase para subirlas. Buscar videos, enlazarlos, digitalizar la bibliografía y ponerla en un Drive dado su tamaño debe ser una labor cotidiana en el rol docente.  Bueno, eso era nuestro techo: sostener esas cursadas; hoy tiene que ser nuestro piso como institución.

 

 

 

 

 

Los y las estudiantes


La charla continuó en torno a las preocupaciones de los estudiantes de esta generación, su universo cultural, sus hábitos de lectura y escritura, y la posible demanda actual de los estudiantes en relación con la enseñanza de Lengua y Literatura. La profesora Liliana mencionó: “Los estudiantes se han adaptado a la tecnología y que la educación debe reflejar esta realidad. Los jóvenes son nativos digitales y utilizan dispositivos móviles para comunicarse y acceder a la información. Los docentes deben comprender la cultura de los adolescentes, sus intereses y modos de comunicación, y adaptarse a ellos. La educación debe reflejar cómo los estudiantes utilizan el lenguaje en su vida cotidiana. Sin embargo, el punto no es satisfacer una forma juvenil por sí mismo, sino, para que sea una práctica del lenguaje real porque el uso social hace que justamente la práctica del lenguaje tiene como objeto el uso del lenguaje y ellos usan el lenguaje a través de la tecnología. Entonces no podemos menos que eso. Pero creo que esto también tiene que estar al interior de cada asignatura evidenciándose”. 
 

Y refiriéndonos a los lazos intergeneracionales, la profesora sostiene: “Nosotros cuando asumimos la tarea de ser docentes asumimos la responsabilidad y la obligatoriedad de conocer la cultura y el contexto de los estudiantes a los que vamos a formar, un nativo digital. Y nosotros no fuimos nativos digitales. Cuando doy una clase les digo a los estudiantes que van a realizar prácticas que tienen que conocer la cultura de los adolescentes. Eso quiere decir conocer: qué música escuchan, qué libros leen, cómo se comunican, cómo se enamoran… La gente no se enamora de la misma manera, el amor puede ser el mismo pero las formas de enamorarse son distintas y yo si voy a trabajar con un adolescente tengo que saber cómo se comunica con otros, sino ¿Cómo llegó a hablar de comunicación? ¿En qué lenguaje le estoy hablando? No podemos permitir más que los pibes cuando van a la escuela, sientan que están yendo de viaje a la Edad Media. Eso es responsabilidad nuestra parte nuestra. Parte de todo el sistema educativo, pero nosotros como parte tenemos una responsabilidad de avanzar sobre esto. Ese ida y vuelta del que hablaba Chevallard en la transposición didáctica, desde esa relación entre el docente y el estudiante el saber que va y viene. Bueno, hay mucho de las generaciones digitales, nativos digitales, que vienen hacia nosotros como esto de ida y vuelta donde te sorprenden donde te van marcando caminos con sus usos y demandas. 


 

Luego, abordamos las dificultades para gestionar un corpus literario atractivo y a la vez hacer énfasis en el valor cultural y estético de la literatura. Propusimos la reflexión sobre la existencia de literatura que no está en los libros tradicionales y que ha surgido de manera digital. Cerutti indicó: “Esto se conoce como el currículum oculto, lo que circula fuera de los planes de estudio. La literatura fuera del canon académico es importante y debe ser considerada. Los estudiantes pueden tener acceso a literatura que no está en libros de texto, como blogs, páginas web y grupos de discusión. Esto representa una reconfiguración en la forma de escribir y leer”.

Chateamos con las IA


Finalmente, discutimos la influencia de la inteligencia artificial, específicamente los ChatGPT, en las prácticas de enseñanza de Lengua y Literatura. La profesora Liliana enfatizó que negar su uso es imposible, ya que los estudiantes lo utilizan con frecuencia. La inteligencia artificial puede ser incorporada en la enseñanza de la escritura, la reescritura y la producción de textos. También plantea preguntas sobre el plagio, ya que los estudiantes pueden generar sus propios textos con la ayuda de la IA. Es importante que los docentes se familiaricen con estas herramientas y las utilicen de manera efectiva en la enseñanza. La IA puede facilitar la producción de textos y demostrar el conocimiento de los estudiantes. Además, se problematiza sobre la generación de consignas tanto de escritura como de comprensión lectora, en sentido, Cerutti planteó: “Creo que deberíamos resignificar las consignas, es decir, si yo les digo a los chicos: definan tipo de narradores;  lo van a poder hacer fácilmente con ChatGPT pero tal vez si quiero trabajar narradores y desde allí un tipo de reescritura, puede darse que ellos hagan una reescritura de un párrafo e incorporen otra voz, con claridad no lo va a poder hacer con el chat. Entonces ahí está también el uso de la consigna en que vos experimentes, como docente, los usos y los alcances que tiene. En función de poder transitar esa operatoria. Ir validando conocimientos puesto que, para producir un texto coherente y cohesivo, es necesario darle instrucciones e información certeras. Poner mucho dato preciso y ahí también hay un desarrollo de conocimiento. Como docente podés ver cuánto el estudiante conoce del tema para haber hecho esa producción. Entonces hay una evidencia de aprendizaje que hay que incorporar como válida. Me está demostrando un uso real y concreto”.

 

 

 

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“Son usos que se deben incorporar, que se deben capitalizar, que no podemos nunca pensarlos como obturadores del conocimiento sino como facilitadores en la medida que el docente tenga claro cómo va a capitalizar ese uso. Hay textos que los resuelve el chat GPT perfectamente entonces esa es una forma de producir actual. Me imagino próximos videos producidos en la escuela secundaria haciendo hablar a los personajes, poniendo en escena a Romeo y Julieta con algunos personajes poniéndole voz, poniéndole el texto. Esto va a ser el nuevo tipo de producción que va a surgir y creo que también puede tener desde una capitalización que tiene que ver con apropiarse un texto literario y extenderlo. Producir a través de un texto literario y de argumentar las decisiones. Se puede capitalizar en relación con las estrategias de enseñanza y aprendizaje creo que se pueden capitalizar después en producciones que tengan que ver con los niveles implicados desde niñeces y adolescencia, pero creo que de ninguna manera lo podemos pensar como tus obturadores”.


Sobre la configuración del docente en las próximas décadas


En cuanto al futuro de los docentes, la profesora Liliana expresó: “La tecnología avanza rápidamente y los docentes deben estar preparados para incorporarla en su práctica. La formación docente debe incluir tanto aspectos académicos como tecnológicos. La tecnología se ha vuelto una parte esencial de la educación, y los docentes deben adaptarse a esta nueva realidad. La enseñanza se está transformando, y los docentes del futuro deben estar dispuestos a aprovechar las oportunidades que la tecnología ofrece en la enseñanza de Lengua y Literatura. Ya lo estamos viendo en escuelas donde la tecnología está fuertemente arraigada, que las clases se dan a través del Classroom. Hay instituciones que lo incorporaron como forma de carpeta digital y aún en la presencialidad se sigue trabajando. No se usa como un reservorio como hemos tenido. Vemos en algunas escuelas que son reservorio para subir material y también el trabajo de la clase se plasma en el classroom. Para gestar las formas híbridas de la inclusión como hablábamos anteriormente. Antes de la pandemia, un estudiante que estaba con reposo por 30 o 40 días tenía que perder las clases. Hoy puede tomar las clases en forma virtual. Por ejemplo, un estudiante que tiene que trasladarse porque a los padres los están trasladando de trabajo, tenía que cambiar de escuela permanentemente. Hoy sería la mejor opción seguir ligado a una institución, a un grupo que conoce, un grupo de docentes. Fíjate cómo cambió en dos años un panorama pensando en dos situaciones. Hay algo que la pandemia nos dejó como una certeza que es: la ruptura de un paradigma que fue la ruptura de la presencialidad y la sincronicidad y entendimos que uno puede dar clases y puede enseñar sin estar en el mismo lugar, en el mismo horario, compartiendo en la clase. Entonces, bueno estas son cuestiones que llegaron a la escuela y llegaron a las instituciones y que hay que seguir pensándolas todo el tiempo para seguir avanzando en esa dirección”.

 

 

Para concluir pensamos que, en un mundo en constante evolución, la educación se enfrenta a desafíos sin precedentes. La pandemia aceleró la adopción de tecnología en las aulas y los docentes estamos llamados a navegar por este nuevo territorio educativo. La entrevista con la profesora Liliana Cerutti nos deja claro que la tecnología, los distintos soportes e inteligencia artificial son una herramienta poderosa que no podemos ignorar, sino que debemos abrazar y aprovechar de manera efectiva en la enseñanza de Lengua y Literatura.

 

La tecnología no es un obstáculo, sino una aliada que puede enriquecer las prácticas educativas. Desde la adaptación de las consignas hasta la capitalización de la tecnología en la producción de textos. En este viaje hacia el presente y pensando en el futuro de la educación, debemos recordar que la esencia de la enseñanza radica en fomentar el pensamiento crítico, la expresión creativa y el amor por ser agentes de que se cumpla el derecho a la educación de todas y todos.  

En la actualidad, no podemos imaginar una clase que no esté atravesada por la tecnología.

Del mismo modo en que vemos progresión en el aprendizaje de la Lengua y la Literatura, también deberíamos ver progresión en el uso de la tecnología como parte integral de la educación.

Parte de la tarea docente es conocer la cultura adolescente: qué música escuchan, qué libros leen, cómo se comunican, cómo se enamoran…

Deberíamos resignificar las consignas para el uso de las IA.

No podemos nunca pensarlos como obturadores del conocimiento, sino como facilitadores en la medida que el docente tenga claro cómo va a capitalizar ese uso.

Hay algo que la pandemia nos dejó como una certeza: la ruptura del paradigma de la presencialidad y la sincronicidad.

SOBRE LOS ENTREVISTADORES

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Mayra Benitez

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Nació el 12 de mayo del año 1987 en Escobar, provincia de Buenos Aires. Vive en la localidad de Garín desde hace 36 años y tiene una hija de 13. Terminó sus estudios secundarios en el año 2007 en la Escuela Media N° 1 de Garín con modalidad en Bellas Artes. En el año 2018 empezó a cursar el Profesorado de Lengua y Literatura. Actualmente se encuentra cursando el 4• año del profesorado y está trabajando en dos escuelas del distrito de Tigre.

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Diego Pereyra

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Nació en Capital Federal un lluvioso 31 de enero. Técnico Superior en Electrónica (UTN), trabajador metalúrgico. Diseñador de Circuitos Impresos (PCB) y programador por accidente. Estudiante de cuarto año del profesorado de Lengua y Literatura del ISFD N.º 39 de Vicente López. Diletante. Marxista, militó en el Partido Comunista. Sueña un mundo en donde el hombre no sea lobo del hombre. Su vida se entreteje entre los textos literarios, la lucha de clase y los circuitos electrónicos. 

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